viernes, 15 de abril de 2011

Lo que no se evalúa, se devalúa.

En “El país” del dia 29.04.2007 destaca un artículo interesante de Joaquín Estefanía sobre política en investigación y desarrollo. Se titula “El estallido de las otras burbujas”. Este es solo un fragmento:
[...]lo que no se evalúa, se devalúa
La frase se refiere a políticas de gasto público en investigación. Fuera de contexto puede aplicarse también al tema de mi memoria, la formación de profesores con tecnologías de la información y comunicación. ¿Hay criterios de evaluación fiables para programas de formación de profesores presenciales? ¿Y para los semipresenciales y a distancia?Tendré que investigar algo más en ese tema.
Creo que la evaluación es vital en programas especializados para profesionales. Con cada vez más amplia oferta de cursos de formación en línea se hace imprescindible la elaboración de una serie de calidad que avalen los cursos más allá de los sellos/cromos oficiales.
Especialmente en el caso de la formación a distancia (por su precio y sus características) me parece importante la evaluación de los programas para evitar decepciones y estafas. Estos programas son educación y a la vez negocio. Se venden como un producto de formación/experiencia educativa. ¿Valen su precio? Un futuro alumno nunca puede contestar a esta pregunta porque no hay una evaluación externa de los programas.
Otro punto importante es la evaluación de los alumnos a lo largo de los programas. ¿Cómo se puede evaluar el trabajo de un participante en un curso a distancia? Como participante he tendido la impresión de que muchas veces se evalúa ” al peso”, según la cantidad de contribuciones farragosas y actividades enviadas. Hay que decir algo, no importa el qué, para obtener una buena nota. Repito que es una impresión personal (aunque contrasta con un buen número de experiencias en diversas instituciones). La evaluación es un tema pendiente. ¿Cómo quiero evaluar yo la propuesta de formación de profesores de mi memoria?
Nota mental para la evaluación de mi propuesta en la memoria:
Objetivo 1: Huir de las actividades obligatorias para entregar en foros que no promueven ninguna interacción real/formativa. ¡No al “bla,bla,bla… qué bien me ha parecido la actividad de Peranganito..!
Objetivo 2: Democratizar el proceso de evaluación. Dar parte de responsabilidad al grupo en la asignación de la nota final. El tutor no debe tener un papel tan marcadamente jerárquico y la nota una función intimidatoria. Si se aprende juntos de forma construcctivista, habrá también que evaluar juntos.

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